viernes, 7 de marzo de 2014

Gottfried Leibniz

Gottfried Wilhelm Leibniz, a veces von Leibniz1 (Leipzig, 1 de julio de 1646 - Hannover, 14 de noviembre de 1716) fue un filósofo, lógico, matemático, jurista, bibliotecario y político alemán.
Fue uno de los grandes pensadores de los siglos XVII y XVIII, y se le reconoce como "El último genio universal". Realizó profundas e importantes contribuciones en las áreas de metafísica, epistemología, lógica, filosofía de la religión, así como a la matemática, física, geología, jurisprudencia e historia. Incluso Denis Diderot, el filósofo deísta francés del siglo XVIII, cuyas opiniones no podrían estar en mayor oposición a las de Leibniz, no podía evitar sentirse sobrecogido ante sus logros, y escribió en la Enciclopedia: "Quizás nunca haya un hombre leído tanto, estudiado tanto, meditado más y escrito más que Leibniz... Lo que ha elaborado sobre el mundo, sobre Dios, la naturaleza y el alma es de la más sublime elocuencia. Si sus ideas hubiesen sido expresadas con el olfato de Platón, el filósofo de Leipzig no cedería en nada al filósofo de Atenas."2 De hecho, el tono de Diderot es casi de desesperanza en otra observación, que contiene igualmente mucho de verdad: "Cuando uno compara sus talentos con los de Leibniz, uno tiene la tentación de tirar todos sus libros e ir a morir silenciosamente en la oscuridad de algún rincón olvidado." La reverencia de Diderot contrasta con los ataques que otro importante filósofo, Voltaire, lanzaría contra el pensamiento filosófico de Leibniz. A pesar de reconocer la vastedad de la obra de éste, Voltaire sostenía que en toda ella no había nada útil que fuera original, ni nada original que no fuera absurdo y risible.
Ocupa un lugar igualmente importante tanto en la historia de la filosofía como en la de las matemáticas. Inventó el cálculo infinitesimal, independientemente de Newton, y su notación es la que se emplea desde entonces. También inventó el sistema binario, fundamento de virtualmente todas las arquitecturas de las computadoras actuales. Fue uno de los primeros intelectuales europeos que reconocieron el valor y la importancia del pensamiento chino y de China como potencia desde todos los puntos de vista.
Junto con René Descartes y Baruch Spinoza, es uno de los tres grandes racionalistas del siglo XVII. Su filosofía se enlaza también con la tradición escolástica y anticipa la lógica moderna y la filosofía analítica. Leibniz hizo asimismo contribuciones a la tecnología y anticipó nociones que aparecieron mucho más tarde en biología, medicina, geología, teoría de la probabilidad, psicología, ingeniería y ciencias de la computación. Sus contribuciones a esta vasta lista de temas está desperdigada en diarios y en decenas de miles de cartas y manuscritos inéditos. Hasta el momento, no se ha realizado una edición completa de sus escritos, y por ello no es posible aún hacer un recuento integral de sus logros.

Biografía

Breve esbozo de la vida y obra de Leibniz:

Primeros años

Gottfried Leibniz nació el 1 de julio de 1646 en Leipzig, dos años antes de que terminara la Guerra de los Treinta Años, hijo de Federico Leibniz, jurista y profesor de filosofía moral en la Universidad de Leipzig, y Catherina Schmuck, hija de un profesor de leyes. Ya adulto, frecuentemente firmaba como "von Leibniz" y numerosas ediciones póstumas de sus obras lo nombran como "Freiherr [Barón] G. W. von Leibniz"; sin embargo, no se ha encontrado documento alguno que confirme que se le haya concedido un título nobiliario.3 Su padre falleció cuando tenía seis años, de modo que su educación quedó en manos de su madre, de su tío y, según sus propias palabras, de sí mismo. Al morir su padre, dejó una biblioteca personal de la que Leibniz pudo hacer uso libremente a partir de los siete años, y procedió a beneficiarse de su contenido, en particular los volúmenes de historia antigua y de los Padres de la Iglesia.
Para cuando tenía 12 años había aprendido por sí mismo latín, el cual utilizó durante el resto de su vida, y había empezado a estudiar griego. En 1661, a la edad de 14 años, se matriculó en la Universidad de Leipzig y completó sus estudios a los 20 años, especializándose en leyes y mostrando dominio de los clásicos, lógica y filosofía escolástica. Sin embargo, su educación en matemáticas no estaba a la altura de franceses o británicos. En 1666 publicó su primer libro y también su tesis de habilitación Sobre el arte de las combinaciones. Cuando la universidad declinó el asegurarle un puesto docente en leyes tras su graduación, Leibniz optó por entregar su tesis a la Universidad de Altdorf y obtuvo su doctorado en cinco meses. Declinó después la oferta de un puesto académico en Altdorf y dedicó el resto de su vida al servicio de dos prominentes familias de la nobleza alemana.

1666–1674

El primer puesto de Leibniz fue como alquimista asalariado en Núremberg, aunque no tenía ningún conocimiento sobre el tema. Entró en contacto con Johann Christian von Boineburg (1622–1672), antiguo Ministro en Jefe del Elector de Maguncia, Juan Felipe von Schönborn, quien lo contrató como asistente y poco después lo presentó al Elector, tras reconciliarse con él. Leibniz le dedicó un ensayo al Elector con la esperanza de obtener un empleo. La estrategia funcionó, pues el Elector le solicitó ayuda para una nueva redacción del código legal de su Electorado, y en 1669 Leibniz fue nombrado Asesor de la Corte de Apelaciones. Aunque von Boineburg murió en 1672, Leibniz permaneció al servicio de su viuda hasta 1674.
Von Boineburg hizo mucho por promover la reputación de Leibniz, y su servicio con el Elector pronto tomó un rol más diplomático. Publicó un ensayo bajo el seudónimo de un noble polaco, en el que argumentaba (sin éxito) en favor del candidato alemán a la corona polaca. El principal factor en la geopolítica europea durante su vida adulta fueron las ambiciones de Luis XIV de Francia, respaldadas por su ejército y su poderío económico. La Guerra de los Treinta Años había dejado exhausta a la Europa de habla alemana, además de fragmentada y económicamente atrasada. Leibniz propuso protegerla distrayendo a Luis XIV de la siguiente manera: Se invitaría a Francia a tomar Egipto como un primer paso hacia una eventual conquista de las Indias Orientales Holandesas. A cambio, Francia se comprometería a no perturbar a Alemania ni a Holanda. El plan recibió un apoyo cauteloso del Elector. En 1672 el gobierno francés invitó a Leibniz a París para su discusión, pero el plan se vio pronto superado por los acontecimientos y se tornó irrelevante. La fracasada invasión de Napoleón a Egipto puede interpretarse como una realización involuntaria del plan de Leibniz.
De esta forma Leibniz inició una estancia de varios años en París, durante la cual incrementó considerablemente sus conocimientos de matemáticas y física y empezó a realizar contribuciones en ambas. Conoció a Malebranche y a Antoine Arnauld, el principal filósofo francés de la época, y estudió los escritos de Descartes y de Pascal, tanto los publicados como los inéditos. Entabló amistad con el matemático alemán Ehrenfried Walther von Tschirnhaus, con el cual mantuvo correspondencia hasta el final de su vida. Especialmente oportuno fue el conocer al físico y matemático holandés Christiaan Huygens, quien por entonces también se encontraba en París. Al llegar a París, Leibniz recibió un duro despertar, pues sus conocimientos de física y matemáticas eran fragmentarios. Con Huygens como mentor, inició un programa autodidacta que pronto resultó en la realización de grandes contribuciones en ambos campos, incluyendo el descubrimiento de su versión del cálculo diferencial y su trabajo en las series infinitas.
La Stepped Reckoner.
A principios de 1673, cuando estuvo claro que Francia no llevaría adelante su parte del plan egipcio de Leibniz, el Elector envió a su sobrino, escoltado por Leibniz, en una misión relacionada ante el gobierno británico. En Londres Leibniz conoció a Henry Oldenburg y a John Collins. Después de demostrar ante la Royal Society una máquina capaz de realizar cálculos aritméticos conocida como la Stepped Reckoner, que había estado diseñando y construyendo desde 1670, la primera máquina de este tipo que podía ejecutar las cuatro operaciones aritméticas básicas, la Sociedad le nombró miembro externo. La misión concluyó abruptamente al recibir la noticia de la muerte del Elector. Leibniz regresó inmediatamente a París y no a Maguncia, como tenía planeado.
La muerte repentina de los dos mecenas de Leibniz en el mismo invierno significó que debía buscar un nuevo rumbo para su carrera. A este respecto, fue oportuna una invitación del Duque de Brunswick en 1669 para visitar Hanover. Leibniz declinó la invitación, pero empezó a escribirse con el Duque en 1671. En 1673 éste le ofreció un puesto de Consejero, el cual aceptó con renuencia dos años más tarde, sólo después de que estuviera claro que no obtendría ningún empleo en París (cuyo estímulo intelectual apreciaba) o en la corte imperial de los Habsburgo.

Casa de Hanover 1676–1716

Leibniz logró retrasar su arribo a Hanover hasta finales de 1676, después de otro breve viaje a Londres, donde posiblemente le mostraron algunas de las obras sin publicar de Newton, aunque la mayor parte de los historiadores de las matemáticas afirman ahora que Newton y Leibniz desarrollaron sus ideas de forma independiente: Newton desarrolló las ideas primero y Leibniz fue el primero en publicarlas. En el viaje de Londres a Hanover Leibniz se detuvo en La Haya, donde conoció a Leeuwenhoek, quien mejoró el microscopio y descubrió los microorganismos. Igualmente dedicó Leibniz varios días de intensa discusión con Spinoza, quien recién había concluido su obra maestra, Ética. Leibniz sentía respeto por el poderoso intelecto de Spinoza, pero estaba consternado por sus conclusiones, que contradecían la ortodoxia cristiana.
En 1677 fue promovido, por propia petición, a Consejero Privado de Justicia, cargo que mantuvo durante el resto de su vida. Leibniz sirvió a tres gobernantes consecutivos de la Casa de Brunswick como historiador, consejero político y como bibliotecario de la Biblioteca Ducal. Desde entonces empleó su pluma en los diversos asuntos políticos, históricos y teológicos que involucraban a la Casa de Brunswick; los documentos resultantes constituyen una parte valiosa de los registros históricos del período.
Entre las pocas personas que acogieron a Leibniz en el norte de Alemania se contaban la Electora, su hija Sofía Carlota de Hannover (1630–1714), la Reina de Prusia y su discípulo confeso, y Carolina de Ansbach, la consorte de su nieto, el futuro Jorge II. Para cada una de estas mujeres, Leibniz fue correspondiente, consejero y amigo. Cada una de ellas lo acogió con más calidez de lo que lo hicieron sus respectivos esposos y el futuro rey Jorge I de Gran Bretaña.4
Hanover contaba entonces sólo con unos 10,000 habitantes y su provincianismo desagradaba a Leibniz. Sin embargo, ser un cortesano importante en la Casa de Brunswick constituía un gran honor, especialmente en vista del meteórico ascenso en el prestigio de dicha Casa mientras duró la relación de Leibniz con ella. En 1692, el Duque de Brunswick se convirtió en Elector hereditario del Sacro Imperio Romano Germánico. La Ley de Asentamiento de 1701 designó a la Electora Sofía y a su descendencia como la familia real del Reino Unido, una vez que tanto el Rey Guillermo III como su cuñada y sucesora, la Reina Ana, hubieran muerto. Leibniz participó en las iniciativas y negociaciones que condujeron a la Ley, pero no siempre de manera eficaz. Por ejemplo, algo que publicó en Inglaterra, pensando que promovería la causa de Brunswick, fue formalmente censurado por el Parlamento Británico.
Los Brunswick toleraron los enormes esfuerzos que dedicaba Leibniz a sus proyectos intelectuales sin relación con sus deberes de cortesano, proyectos tales como el perfeccionamiento del cálculo, sus escritos sobre matemáticas, lógica, física y filosofía, y el mantenimiento de una vasta correspondencia. Empezó a trabajar en cálculo en 1674, y para 1677 tenía ya entre manos un sistema coherente, pero no lo publicó hasta 1684. Sus documentos más importantes de matemáticas salieron a luz entre 1682 y 1692, por lo general en una revista que él y Otto Mencke habían fundado en 1682, la Acta Eruditorum. Dicha revista jugó un papel clave en los progresos de su reputación científica y matemática, la cual a su vez incrementó su eminencia en la diplomacia, en historia, en teología y en filosofía.
El Elector Ernesto Augusto le comisionó a Leibniz una tarea de enorme importancia, la historia de la Casa de Brunswick, remontándose a la época de Carlomagno o antes, con la esperanza de que el libro resultante ayudaría a sus ambiciones dinásticas. Entre 1687 y 1690 Leibniz viajó extensamente por Alemania, Austria e Italia en busca de materiales de archivo de relevancia para este proyecto. Pasaron las décadas y el libro no llegaba, de modo que el siguiente Elector se mostró bastante molesto ante la evidente falta de progresos. Leibniz nunca concluyó el proyecto, en parte a causa de su enorme producción en otros ámbitos, pero también debido a su insistencia en escribir un libro meticulosamente investigado y erudito basado en fuentes de archivo. Sus patrones habrían quedado bastante satisfechos con un breve libro popular, un libro que fuera quizás un poco más que una genealogía comentada, a ser completada en tres años o menos. Nunca supieron que, de hecho, había llevado a cabo un buena parte de la tarea asignada: cuando los escritos de Leibniz se publicaron en el siglo XIX, el resultado fueron tres volúmenes.
En 1711 John Keill, al escribir en la revista de la Real Sociedad de Londres y, con la supuesta bendición de Newton, acusó a Leibniz de haber plagiado el cálculo de Newton, dando inicio de esta manera a la disputa sobre la paternidad del cálculo. Comenzó una investigación formal por parte de la Real Sociedad (en la cual Newton fue participante reconocido) en respuesta a la solicitud de retracción de Leibniz, respaldando de esta forma las acusaciones de Keill. Ese mismo año, durante un viaje por el norte de Europa, el zar ruso Pedro el Grande se detuvo en Hanover y se reunió con Leibniz, quien después mostró interés por los asuntos rusos durante el resto de su vida. En 1712 Leibniz inició una estancia de dos años en Viena, donde se le nombró Consejero de la Corte Imperial de los Habsburgo.
Tras la muerte de la Reina Ana en 1714, el Elector Jorge Luis se convirtió en el Rey Jorge I de Gran Bretaña bajo los términos de la Ley de Asentamiento de 1711. Aunque Leibniz había hecho bastante para favorecer dicha causa, no habría de ser su hora de gloria. A pesar de la intervención de la Princesa de Gales Carolina de Ansbach, Jorge I le prohibió a Leibniz reunirse con él en Londres hasta que hubiera completado por lo menos un volumen de la historia de la familia Brunswick encargada por su padre casi 30 años atrás. Además, la inclusión de Leibniz en su corte de Londres habría resultado insultante para Newton, quien era visto como el triunfador de la disputa sobre la prioridad del cálculo y cuya posición en los círculos oficiales británicos no podría haber sido mejor. Finalmente, su querida amiga y defensora, la dignataria Electora Sofía de Wittelsbach, murió en 1714.
Leibniz falleció en Hanover en 1716: para entonces, estaba tan fuera del favor en la Corte que ni Jorge I (quien se encontraba cerca de Hanover en ese momento) ni ningún otro cortesano, más que su secretario personal, asistieron al funeral. Aun cuando Leibniz era miembro vitalicio de la Real Sociedad y de la Academia Prusiana de las Ciencias, ninguna de las dos entidades consideró conveniente honrar su memoria. Su tumba permaneció en el anonimato hasta que Leibniz fue exaltado por Fontenelle ante la Academia de Ciencias de Francia, la cual lo había admitido como miembro extranjero en 1700. La exaltación se redactó a petición de la Duquesa de Orleans, nieta de la Electora Sofía.

Obra

Leibniz escribió principalmente en tres idiomas: latín escolástico (ca. 40%), francés (ca. 35%) y alemán (menos del 25%). Durante su vida publicó muchos panfletos y artículos académicos, pero sólo dos libros filosóficos, De Ars combinatoria y la Théodicée. Publicó numerosos panfletos, con frecuencia anónimos, en nombre de la Casa de Brunswick, entre los que se destaca "De jure suprematum", una importante consideración sobre la naturaleza de la soberanía. Otro libro sustancial apareció póstumamente: su Nouveaux essais sur l'entendement humain (Nuevos ensayos sobre el entendimiento humano), el cual había evitado publicar tras la muerte de John Locke. Hasta 1895, cuando Bodemann completó su catálogo de los manuscritos y la correspondencia de Liebniz, no se esclareció la enorme extensión de su Nachlass (legado): aproximadamente 15 000 cartas a más de 1000 destinatarios, además de 40 000 ítems adicionales, sin contar que muchas de dichas cartas tienen la extensión de un ensayo. Gran parte de su vasta correspondencia, en particular las cartas fechadas después de 1685, permanecen inéditas, y mucho de lo que se ha publicado lo ha sido apenas en décadas recientes. La cantidad, la variedad y el desorden de los escritos de Leibniz son el resultado predecible de una situación que él describió de la siguiente manera:
"No puedo terminar de decirles lo extraordinariamente distraído y disperso que soy. Estoy intentando hallar varias cosas en estos archivos; busco papeles antiguos y voy detrás de documentos sin publicar. Con esto espero arrojar alguna luz sobre la historia de la Casa de Brunswick. Recibo y respondo una inmensa cantidad de cartas. Al mismo tiempo tengo tantos resultados matemáticos, pensamientos filosóficos y otras innovaciones literarias, que no se debe permitir que se desvanezcan, que a menudo no sé por dónde comenzar". (1695, carta a Vincent Placcius en Gerhardt)
Las partes existentes de los escritos de Leibniz critical edition (véase la fotografía allí) están organizadas de la siguiente manera:
  • Serie 1. Correspondencia política, histórica y general. 21 vols. 1666-1701.
  • Serie 2. Correspondencia filosófica. 1 vol. 1663-1685.
  • Serie 3. Correspondencia matemática, científica y técnica. 6 vols. 1672-1696.
  • Serie 4. Correspondencia política, histórica y general. 21 vols. 1666-1701.
  • Serie 5. Escritos políticos. 6 vols. 1667-1698.
  • Serie 6. Escritos históricos y lingüísticos. Inactivo.
  • Serie 7. Escritos filosóficos. 7 vols. 1663-1690 y Nouveaux essais sur l'entendement humain.
  • Serie 8. Escritos científicos, médicos y técnicos. En preparación.
La catalogación de la totalidad de los Nachlass de Leibniz se inició en 1901. Dos guerras mundiales (con el holocausto judío de por medio, incluyendo a un empleado del proyecto y otras consecuencias personales) y décadas de división alemana (dos Estados divididos por una cortina de hierro, que separaron a los académicos y dispersaron también partes de su legado literario) obstaculizaron grandemente el ambicioso proyecto de edición que debe tratar con el empleo de siete idiomas en cerca de 200,000 páginas de material impreso. En 1985 fue reorganizado e incluido en un programa conjunto de academias federales y estatales alemanas. Desde entonces las ramas en Potsdam, Münster, Hannover y Berlín han publicado en conjunto 25 volúmenes de la edición crítica (hasta 2006), con un promedio de 870 páginas por volumen (comparado con los 19 volúmenes desde 1923), más la preparación de índices y la labor de concordancia.

Celebridad póstuma

Al momento de fallecer Leibniz, su reputación estaba en declive; se le recordaba únicamente por un libro, la Théodicée, cuyo supuesto argumento central fue caricaturizado por Voltaire en su Candide. La descripción que hizo Voltaire de las ideas de Leibniz fue tan influyente que muchos la tomaron como una descripción precisa (esta malinterpretación puede seguir ocurriendo entre ciertas personas legas). De modo que Voltaire tiene algo de responsabilidad en el hecho de que muchas de las ideas de Leibniz sigan sin ser comprendidas. Además, Leibniz tuvo un ardiente discípulo, el filósofo Christian Wolff, cuya apariencia dogmática y superficial contribuyó a dañar considerablemente la reputación de Leibniz. En cualquier caso, el movimiento filosófico se estaba apartando del racionalismo y de la construcción de sistemas del siglo XVII, del cual Leibniz había sido un gran exponente. Su trabajo en derecho, diplomacia e historia fue percibido como efímero en su interés, y la vastedad y la riqueza de su correspondencia se pasó por alto.
Gran parte de Europa llegó a dudar de que hubiera descubierto el cálculo independientemente de Newton, y por ende se despreció la totalidad de su trabajo en matemáticas y física. Voltaire, quien admiraba a Newton, también escribió su Candide, al menos en parte, para desacreditar la aseveración de Leibniz de su descubrimiento del cálculo y su opinión de que la teoría de la gravitación universal de Newton era incorrecta. El surgimiento de la relatividad y el trabajo subsiguiente en la historia de las matemáticas situaron la posición de Leibniz bajo una luz más favorable.
El largo recorrido de Leibniz hasta su gloria presente empezó con la publicación en 1765 de sus Nouveaux Essais, los cuales fueron leídos rigurosamente por Kant. En 1768 Dutens publicó la primera edición en varios volúmenes de la obra de Leibniz, seguida en el siglo XIX por varias más, incluyendo la de Erdmann, Foucher de Careil, Gerhardt, Gerland, Klopp y Mollat, así como la publicación de su correspondencia con personajes notables, como Antoine Arnauld, Samuel Clarke, Sofía de Hanover y la hija de ésta, Sofía Carlota de Hannover.
En 1900 Bertrand Russell publicó un estudio crítico acerca de la metafísica de Leibniz, y poco después Louis Couturat publicó un importante estudio de Leibniz y editó un volumen de escritos hasta entonces no divulgados, principalmente de lógica. Aunque dichas conclusiones, especialmente las de Russell, se pusieron en duda y a menudo se desecharon, le dieron a Leibniz algo más de respetabilidad entre los filósofos analíticos y lingüísticos del siglo XX del mundo de habla inglesa (Leibniz había sido ya de gran influencia para varios alemanes, como Bernhard Riemann). Sin embargo, la literatura secundaria en habla inglesa sobre Leibniz no floreció realmente hasta después de la Segunda Guerra Mundial, en la bibliografía de Brown.5 Menos de treinta de las entradas en inglés se publicaron antes de 1946.
Nicholas Jolley (Jolley, 217–19) ha dicho que la reputación de Leibniz como filósofo es quizás ahora más alta de lo que lo fue en cualquier momento desde la época de Leibniz, por las siguientes razones:
En 1985 el gobierno alemán instituyó el Premio Leibniz, que anualmente entrega 1,55 millones de euros para resultados experimentales y 770 000 euros para resultados teóricos (el premio más importante a nivel mundial para las contribuciones científicas).
En 1970 la UAI decidió llamarle en su honor «Leibniz» a un astroblema ubicado en el hemisferio sur del lado oscuro de la Luna.6
En 2006, la Universidad de Hanover fue nombrada "Gottfried Wilhelm Leibniz" en su honor.

Filosofía

El pensamiento filosófico de Leibniz aparece de forma fragmentada, ya que sus escritos filosóficos consisten principalmente en una multitud de textos cortos: artículos de revistas, manuscritos publicados mucho después de su muerte y gran cantidad de cartas con personajes múltiples. Escribió únicamente dos tratados de filosofía, y el que se publicó durante su vida, la Théodicée de 1710, es tanto teológico como filosófico.
El propio Leibniz fecha su inicio como filósofo con su Discurso sobre la metafísica, el cual elaboró en 1686 como un comentario a una disputa entre Malebranche y Antoine Arnauld. Esto condujo a una extensa y valiosa disputa con Arnauld (Ariew & Garber|69, Loemker|§§36,38); dicho comentario y el discurso no se publicaron sino hasta el siglo XIX. En 1695 Leibniz realizó su entrada pública a la filosofía europea con un artículo titulado Nuevo sistema de la naturaleza y comunicación de las sustancias (Ariew & Garber, 138, Loemker, §47, Wiener, II.4). En el período 1695-1705 elaboró sus Nuevos ensayos sobre el entendimiento humano, un extenso comentario sobre An Essay Concerning Human Understanding (1690) de John Locke, pero al enterarse de la muerte de Locke en 1704 perdió el deseo de publicarlo, de modo que los Nuevos ensayos no se publicaron sino hasta 1765. La Monadologie, otra de sus obras importantes, compuesta en 1714 y publicada póstumamente, consta de noventa aforismos.
Leibniz conoció a Spinoza en 1676 y leyó algunos de sus escritos sin publicar, y se sospecha desde entonces que se apropió de algunas de sus ideas. A diferencia de Descartes, Leibniz y Spinoza tenían una educación filosófica rigurosa. La disposición escolástica y aristotélica de su mente revelan la fuerte influencia de uno de sus profesores en Leipzig, Jakob Thomasius, quien supervisó además su tesis de grado. Leibniz también leyó vorazmente a Francisco Suárez, un jesuita español, respetado incluso en las universidades luteranas. Tenía un profundo interés por los nuevos métodos y conclusiones de Descartes, Huygens, Newton y Boyle, pero observaba sus trabajos desde una perspectiva bastante influida por las nociones escolásticas. Sin embargo, sigue siendo notable el que sus métodos y preocupaciones anticipan con frecuencia la lógica y la filosofía analítica y lingüística del siglo XX.

Los principios

Leibniz recurría de forma libre a uno u otro de siete principios fundamentales (Mates 1986: 7.3, 9; y Mercer 2001: 473–84):
  • identidad/contradicción. Si una proposición es verdadera, entonces su negación es falsa, y viceversa.
  • Sustancia. La sustancia es aquello que en un predicado se corresponde con el sujeto, y que individualiza el mundo. Es la unidad individual básica del mundo, que tiene capacidad de percepción y apetencia y cuyos atributos sólo pueden venir causados por sí misma (autocausados, puesto que es sustancia).
  • Identidad de los indiscernibles. Dos cosas son idénticas si y sólo si comparten las mismas propiedades, independientemente de que ocupen lugares distintos en el espacio.
  • Principio de razón suficiente. "Debe existir una razón suficiente (a menudo sólo por Dios conocida) para que cualquier cosa exista, para que cualquier evento se produzca, para que cualquier verdad pueda obtenerse." (LL 717)
  • Armonía preestablecida.7 "La naturaleza apropiada de cada sustancia hace que lo que le ocurre a una corresponda a lo que le ocurre a las otras, sin que sin embargo actúen entre ellas directamente." (Discurso sobre la metafísica, XIV). "Un vaso que se cae se hace añicos porque 'sabe' que ha tocado el suelo, y no porque el impacto con el suelo lo 'compela' a partirse."
  • Continuidad. Natura non facit saltum. Un concepto análogo en matemáticas a este principio sería el siguiente: Si una función describe una transformación o algo a lo cual se aplica la continuidad, entonces su dominio y su rango serán ambos conjuntos densos.
  • Optimismo. "Indudablemente Dios siempre elige lo mejor." (LL 311).
  • Plenitud. "El mejor de los mundos posibles actualizaría cada posibilidad genuina, y el mejor de los mundos posibles contendrá todas las posibilidades, con nuestra experiencia finita de la eternidad que no provee razones para disputar la perfección de la naturaleza."
  • Principio de conveniencia: o "la elección de lo mejor", que a diferencia de la lógica que parte del principio de la necesidad, ésta tiene como base la contingencia. (Monadología 46)
Al segundo principio se le llama con frecuencia "la Ley de Leibniz" [1]. Dicho principio ha sido objeto de grandes controversias, en particular de la filosofía corpuscular y la mecánica cuántica.

Las mónadas

La contribución más importante de Leibniz a la metafísica es su teoría de las mónadas, tal como la expuso en la Monadologie. Las mónadas son al ámbito metafísico, lo que los átomos, al ámbito físico/fenomenal; las mónadas son los elementos últimos del universo. Son "formas del ser substanciales" con las consiguientes propiedades: son eternas, no pueden descomponerse, son individuales, están sujetas a sus propias leyes, no son interactivas y cada una es un reflejo de todo el universo en una armonía preestablecida (un ejemplo históricamente importante de pansiquismo).
Las mónadas son centros de fuerza;8 la substancia es fuerza, mientras el espacio, la materia, y el movimiento [cita requerida] son meramente fenomenales. El espacio es fenoménico y no absoluto9 , sino relativo, y consiste en la percepción de las relaciones espaciales entre unas mónadas y otras (o conjunto de ellas). Así, la espacialidad se da cuando percibo que una silla está frente a una mesa, la mesa en el centro de las paredes de la habitación, la ventana en una de ellas, etcétera. No puede ser absoluto porque no hay una razón suficiente para considerar que el universo está situado en un área y no en otro. En cuanto a la materialidad o extensión de las mónadas, no existe porque entonces habríamos de aceptar que un objeto, al dividirse en dos por algo externo, está siendo modificado por una causa ajena a sí, lo que entraría en contradicción con la autocausación inherente de la sustancia (esto se resuelve, en lo que al mundo fenoménico concierne (es decir, el mundo de la ciencias naturales), en con el principio de armonía preestablecida, en la que todo sucede según un orden simultáneo y coherente de "reflejos").
La esencia ontológica de una mónada es su simpleza irreductible. A diferencia de los átomos, las mónadas no poseen un carácter material o espacial. También difieren de los átomos en su completa independencia mutua, de modo que las interacciones entre mónadas son sólo aparentes. Por el contrario, en virtud del principio de la armonía preestablecida, cada mónada obedece un conjunto particular de "instrucciones" preprogramadas, de modo que una mónada "sabe" qué hacer en cada momento. (Estas "instrucciones" pueden entenderse como análogas a las leyes científicas que gobiernan a las partículas subatómicas.) En virtud de estas instrucciones intrínsecas, cada mónada es como un pequeño espejo del universo. Las mónadas son necesariamente "pequeñas"; e.g., cada ser humano constituye una mónada, en cuyo caso el libre albedrío se torna problemático. Igualmente, Dios es una mónada, y su existencia puede inferirse de la armonía prevaleciente entre las mónadas restantes; Dios desea la armonía preestablecida.
Se supone que las mónadas se han deshecho de lo problemático:
La monadología fue vista como arbitraria, excéntrica incluso, en la época de Leibniz y desde entonces.

La Teodicea y el optimismo

(Tener presente que el término "optimismo" es utilizado aquí en el sentido de óptimo, y no en el más común de la palabra, es decir, estado de ánimo contrario al pesimismo).
La Teodicea intenta justificar las evidentes imperfecciones del mundo, afirmando que se trata del mejor de los mundos posibles. Tiene que ser el mejor y más equilibrado de los mundos posibles, ya que fue creado por un Dios perfecto. En Rutherford (1998) se encuentra un estudio académico detallado acerca de la Teodicea de Leibniz.
La concepción de "el mejor de los mundos posibles" toma su justificación bajo un Dios con capacidad ordenadora, no moral sino matemáticamente. Para Leibniz, este es el mejor de los mundos posibles, sin entender "mejor" de un modo moralmente bueno, sino matemáticamente bueno, ya que Dios, de las infinitas posibilidades de mundos, ha encontrado la más estable entre variedad y homogeneidad. Es el mundo matemática y físicamente más perfecto, puesto que las combinaciones (sean moralmente buenas o malas, no importa) son las mejores posibles. Leibniz reescribe al final de este libro una fábula que viene a simbolizar esto mismo: la perfección matemática de este mundo real frente a todos los posibles, que siempre se encuentran en la imperfección y descompensación de hetereogeneidad y homogeneidad, siendo el infierno el máximo homogéneo (los pecados se repiten eternamente) y el paraíso el máximo heterogéneo.
La afirmación de que "vivimos en el mejor de los mundos posibles" le atrajo burlas, más notablemente de Voltaire, quien lo caricaturizó en su novela cómica Candide, al introducir un personaje el Dr. Pangloss (una parodia de Leibniz) que la repite como un mantra. De ahí proviene el adjetivo "panglosiano", para describir a alguien tan ingenuo como para creer que nuestro mundo es el mejor de los mundos posibles.
El matemático Paul du Bois-Reymond escribió, en sus Pensamientos de Leibniz sobre la ciencia moderna, que Leibniz pensaba en Dios como un matemático.
"Como se sabe, la teoría de máximos y mínimos de las funciones está en deuda con él por el progreso, gracias al descubrimiento del método de las tangentes. Pues bien, concibe a Dios en la creación del mundo como un matemático resolviendo un problema de mínimos, o más bien, en nuestra fraseología moderna, un problema en el cálculo de las variaciones — siendo la cuestión determinar, entre un número infinito de mundos posibles, aquél en el cual se minimiza la suma del mal necesario".
Una defensa cautelosa del optimismo de Leibniz recurriría a ciertos principios científicos que emergieron en los dos siglos desde su muerte y que están ahora establecidos: el principio de la menor acción, la conservación de la masa y la conservación de la energía.

Conocimiento

Percepción y apercepción. Las mónadas tienen percepciones. Pueden ser claras u oscuras. Las cosas tienen percepciones sin conciencia. Cuando las percepciones tienen claridad y conciencia y a un tiempo van acompañadas por la memoria, son apercepción, propia de las almas. Las humanas pueden conocer verdades universales y necesarias. Así, el alma es espíritu. En la cumbre de la escala de las mónadas está la divina. Una buena fuente para profundizar esto último se encuentra en la monadología.
Leibniz distingue entre verdades de razón y verdades de hecho. Las primeras son necesarias. Las segundas no se justifican "a priori", sin más. Dos y dos son cuatro es una verdad de razón. "Colón descubrió América" es una verdad de hecho, porque pudo haber sido de otra manera, es decir, "Colón no descubrió América". Pero Colón descubrió América porque ello estaba en su ser individual, Colón (mónada). Las verdades de hecho están incluidas en la esencia de la mónada. Pero solamente Dios conoce todas las verdades de hecho, porque en su omnisciencia y omnipotencia no puede haber distinciones de verdades de razón y de hecho de cada mónada. Sólo Dios puede comprender las verdades de hecho, pues ello presupone un análisis infinito.
Leibniz, en el orden del conocimiento, afirmará un tipo de innatismo. Todas las ideas sin exclusión proceden de la actividad interna que le es propia a cada mónada. Las ideas, por ello, son innatas. Leibniz se opondrá a Locke y a todo el empirismo inglés.

Principio de razón suficiente

El principio de razón suficiente, enunciado en su forma más acabada por Gottfried Leibniz en su Teodicea, afirma que no se produce ningún hecho sin que haya una razón suficiente para que sea así y no de otro modo. De ese modo, sostiene que los eventos considerados azarosos o contingentes parecen tales porque no disponemos de un conocimiento acabado de las causas que lo motivaron.
Cita de la siguiente manera: "Ahora debemos remontarnos a la metafísica, sirviéndonos del gran principio por lo común poco empleado, que afirma que nada se hace sin razón suficiente, es decir que nada sucede sin que le fuese imposible a quien conociera suficientemente las cosas, dar una razón que sea suficiente para determinar por qué es esto así y no de otra manera. Enunciado el principio, la primera cuestión que se tiene derecho a plantear será: por qué hay algo más bien que nada. Pues la nada es más simple y más fácil que algo. Además, supuesto que deban existir cosas, es preciso que se pueda dar razón de por qué deben existir de ese modo y no de otro." (Principios de la naturaleza 7)
El principio de razón suficiente es complementario del principio de no contradicción, y su terreno de aplicación preferente son los enunciados de hecho; el ejemplo tradicional es el enunciado "César pasó el Rubicón", del cual se afirma que, si tal cosa sucedió, algo debió motivarlo.
De acuerdo a la concepción racionalista, el principio de razón suficiente es el fundamento de toda verdad, porque nos permite establecer cuál es la condición —esto es, la razón— de la verdad de una proposición. Para Leibniz, sin una razón suficiente no se puede afirmar cuándo una proposición es verdadera. Y dado que todo lo que sucede sucede por algo, es decir, si todo lo que sucede responde siempre a una razón determinante, conociendo esa razón se podría saber lo que sucederá en el futuro. Éste es el fundamento de la ciencia experimental.
Sin embargo, dados los límites del intelecto humano, hemos de limitarnos a aceptar que nada ocurre sin razón, a pesar de que dichas razones muy a menudo no pueden ser conocidas por nosotros.
Una de las consecuencias generales para la física del principio de razón suficiente fue condensada por Leibniz en forma de aforismo: "En el mejor de los mundos posibles la naturaleza no da saltos y nada sucede de golpe", lo cual vincula dicho principio con el problema del continuo y de la infinita divisibilidad de la materia.

Matemática

Aunque la noción matemática de función estaba implícita en la trigonometría y las tablas logarítmicas, las cuales ya existían en sus tiempos, Leibniz fue el primero, en 1692 y 1694, en emplearlas explícitamente para denotar alguno de los varios conceptos geométricos derivados de una curva, tales como abscisa, ordenada, tangente, cuerda y perpendicular.10 En el siglo XVIII, el concepto de "función" perdió estas asociaciones meramente geométricas.
Leibniz fue el primero en ver que los coeficientes de un sistema de ecuaciones lineales podían ser organizados en un arreglo, ahora conocido como matriz, el cual podía ser manipulado para encontrar la solución del sistema, si la hubiera. Este método fue conocido más tarde como "Eliminación Gaussiana". Leibniz también hizo aportes en el campo del álgebra booleana y la lógica simbólica.

Cálculo infinitesimal

La invención del cálculo infinitesimal es atribuida tanto a Leibniz como a Newton. De acuerdo con los cuadernos de Leibniz, el 11 de noviembre de 1675 tuvo lugar un acontecimiento fundamental, ese día empleó por primera vez el cálculo integral para encontrar el área bajo la curva de una función y=f(x). Leibniz introdujo varias notaciones usadas en la actualidad, tal como, por ejemplo, el signo "integral" ∫, que representa una S alargada, derivado del latín "summa", y la letra "d" para referirse a los "diferenciales", del latín "differentia". Esta ingeniosa y sugerente notación para el cálculo es probablemente su legado matemático más perdurable. Leibniz no publicó nada acerca de su Calculus hasta 1684.11 La regla del producto del cálculo diferencial es aún denominada "regla de Leibniz para la derivación de un producto". Además, el teorema que dice cuándo y cómo diferenciar bajo el símbolo integral, se llama la "regla de Leibniz para la derivación de una integral".

Julius Wilhelm Richard Dedekind

Julius Wilhelm Richard Dedekind (6 de octubre de 1831 - 12 de febrero de 1916), matemático alemán.
Dedekind franciscus nació en Brunswick (Braunschweig en alemán), el más joven de los cuatro hijos de Julius Levin Ulrich Dedekind. Vivió con Julia, su hermana soltera, hasta que falleció en 1914; él mismo también quedó soltero. En 1848 entró en el Colegium Carolinum de su ciudad natal, y en 1850, con sólidos conocimientos de matemáticas en la Universidad de Gotinga.
Dedekind aprendió matemáticas en los departamentos de matemáticas y física de aquella universidad, siendo uno de sus principales profesores Moritz Abraham Stern, y también física de la mano de Wilhelm Eduard Weber. Su tesis doctoral, supervisada por Gauss, se titulaba Über die Theorie der Eulerschen Integrale (Sobre la teoría de las Integrales eulerianas), y aunque en ella no se reflejaba el talento que mostró en sus trabajos posteriores, Gauss supo apreciar el don de Dedekind para las matemáticas. Dedekind recibió su doctorado en 1852, siendo el último alumno de Gauss, y trabajó a continuación en una tesis de habilitación, que era necesaria en Alemania para obtener la "venia docendi" (habilitación de enseñanza docente en universidades alemanas). Interprete de sun dont shine.
Durante los siguientes años, estudió la teoría de los números y otras materias con Gustav Dirichlet, al que le uniría una gran amistad. Para ampliar sus conocimientos, abordó el estudio de las funciones abelianas y elípticas de la mano del genial Bernhard Riemann. Sólo tras estas experiencias, en su formación, encontró al fin sus campos de trabajo principales: el álgebra y la teoría de números algebraicos. Se dice de él que fue el primero en impartir clases universitarias sobre la teoría de las ecuaciones de Galois. Fue además el primero en comprender el significado fundamental de las nociones de grupo, cuerpo, Ideal en el campo del álgebra, la teoría de números y la geometría algebraica.
Sus cortes zanjan definitivamente el problema de la fundamentación del análisis al definir el conjunto de los números reales a partir de los racionales. En su magistral artículo de 1872, Dedekind caracterizó los números reales como un cuerpo ordenado y completo, y ofreció un desarrollo de toda la cuestión que es un modelo de organización y claridad.
Su trabajo sobre los números naturales fue también fundamental, sentando bases para la teoría de conjuntos, junto con Frege y Cantor, y dando una fundamentación muy rigurosa de los llamados Axiomas de Peano (publicados por el italiano un año más tarde).
Con ser importantes, esas no fueron las contribuciones principales de Dedekind a la matemática pura: trabajó toda su vida en la teoría de números algebraica, que en buena medida creó. Y en el proceso, sentó muchos de los métodos característicos del álgebra moderna, hasta el punto de que Emmy Noether solía repetir que "todo está ya en Dedekind".
La correspondencia de Dedekind con otros matemáticos resultó especialmente fructífera y estimulante: ante todo la correspondencia con Cantor, donde asistimos al nacimiento de la teoría de conjuntos transfinitos; pero también la correspondencia con H. Weber, que entre otras cosas condujo a un artículo pionero de la geometría algebraica; y la que mantuvo con Frobenius, impulsando el desarrollo de la teoría de representaciones de grupos.

Bibliografía

  • R. Dedekind. ¿Qué son y para qué sirven los números?, y otros escritos. Edición de J. Ferreirós. Madrid, Alianza, 1997.
  • S. W. Hawking (ed). Dios creó los números. Barcelona, Crítica, 2007. Incluye los trabajos sobre números naturales y reales.
  • Biografía de Dedekind en Divulgamat: http://divulgamat.ehu.es/weborriak/historia/MateOspetsuak/Dedekind.asp
  • Artículo de Ignasi Jané sobre Dedekind y Cantor: http://divulgamat.ehu.es/weborriak/historia/Gaceta/Historia43.pdf
  • Correspondencia con Cantor, disponible en Cantor, Georg (2005): Fundamentos para una teoría general de conjuntos: escritos y correspondencia selecta; ed. J. Ferreirós; Barcelona, Editorial Crítica.

Enlaces externos

Mickey Mouse

Mickey Mouse es un personaje ficticio de la serie del mismo nombre, emblema de la compañía Disney. Creado el 18 de noviembre de 1928, este antropomórfico ratón tiene un origen disputado. La leyenda oficial explica que fue creado por Walt Disney durante un viaje en tren, y que su nombre inicial fue Mortimer, pero que cambió a Mickey a petición de su esposa, Lillian. Según Bob Thomas, la leyenda del nombre es ficticia, y cita el caso de un personaje llamado Mortimer Mouse, que nació en 1936, tío de Minnie Mouse.1 La versión más verosímil es que el personaje fue creado por el dibujante Ub Iwerks, a petición de Disney, para compensar la pérdida de los derechos de Oswald, el conejo afortunado, a manos de la Universal. Lo cierto es que Mickey no es más que una variación del personaje de Oswald.2 A Walt Disney hay que atribuirle tanto la voz del personaje (le dio voz durante 17 años) como la personalidad y el carácter del ratón:
Su cabeza era un círculo con otro círculo a modo de hocico. Su cuerpo era como una pera y tenía una cola larga; sus patas eran tubos y se las metimos en zapatos grandes para darle el aspecto de un chiquillo con el calzado de su padre.
The Walt Disney Company celebra el nacimiento de Mickey el 18 de noviembre de 1928, a raíz del estreno de Steamboat Willie, primer cortometraje sonoro de dibujos animados, y tercera aparición del ratón.3 Walt Disney prestó su voz al personaje desde 1928 hasta 1947, cuando fue sustituido por el técnico de sonido Jimmy MacDonald. Desde 1977 la voz es de Wayne Allwine hasta 2009 desde entonces es interpretado por Bret Iwan. A lo largo de los años Mickey ha aparecido en dibujos animados, tiras cómicas, videojuegos, y se ha convertido en el icono de la compañía Walt Disney.

Primeros éxitos

Primer encuentro con Pete Pata Palo

Walt Disney en 1954.
The Gallopin' Gaucho fue el segundo cortometraje protagonizado por Mickey que produjo Walt Disney. The Walt Disney Company no logró, sin embargo, encontrar un distribuidor para la película, que se estrenó después del éxito del tercer corto del personaje, Steamboat Willie, el 30 de diciembre de 1928. Por ese motivo, aunque fue el segundo cortometraje de Mickey Mouse en cuanto a su producción, fue el tercero en ser estrenado.
Tanto Mickey como su novia, Minnie, habían aparecido ya en el primer corto de la serie, Plane Crazy, que se estrenó el 15 de mayo de 1928 y no obtuvo el éxito esperado. Disney e Iwerks volvieron a intentar captar el interés de la audiencia con una nueva película sobre los mismos personajes, The Gallopin' Gaucho. La animación del filme corrió exclusivamente a cargo de Iwerks. The Gallopin' Gaucho pretendía ser una parodia de una película de Douglas Fairbanks, titulada The Gaucho, estrenada poco antes, el 21 de noviembre de 1927. La acción se desarrolla en la Pampa argentina, y Mickey es el propio gaucho.
El protagonista monta un ñandú en lugar de un caballo (aunque a veces se dice que es un avestruz). Llega al bar-restaurante Cantina Argentina, aparentemente para relajarse tomando una copa y fumando. En el restaurante se encuentra a la camarera y bailarina Minnie Mouse, y un parroquiano, que no es otro que Pete Pata Palo (en inglés Peg Leg Pete, más tarde Black Pete o simplemente Pete), presentado como un forajido. El papel de villano de Pete había quedado ya establecido en las series de las Comedias de Alicia y Oswald el conejo afortunado. Este corto, sin embargo, representa su primer encuentro con Mickey y Minnie. Los dos últimos parecen no conocerse, aunque ambos habían aparecido juntos ya en Plane Crazy.
Minnie baila un tango y los dos personajes masculinos se pelean por ella. Pete intenta apresurar el final de la pelea raptando a Minnie y llevándosela en su caballo, pero Mickey le sigue a lomos de su ñandú y pronto se pone a su altura. Mickey y Pete entablan entonces un duelo a espada, de la que el primero sale victorioso, rescatando a la damisela en apuros. El corto termina con la imagen de Mickey y Minnie, a lomos del ñandú, perdiéndose en el horizonte.
En entrevistas posteriores, Iwerks comentaría que en The Gallopin' Gaucho pretendía presentar a Mickey como un espadachín aventurero, semejante a los personajes que solía representar en el cine Douglas Fairbanks. Las personalidades, tanto de Mickey como de Minnie, son, sin embargo, muy diferentes de como llegarían a ser en años posteriores. Mickey es todavía un personaje muy parecido a Oswald, aunque Disney estaba trabajando ya en darle una personalidad propia.
Como resultado de estos trabajos se creó el siguiente cortometraje de Mickey, el segundo en ser estrenado y el primero que realmente llamó la atención del público: Steamboat Willie.

La llegada del sonoro

Steamboat Willie fue estrenada por primera vez el 18 de noviembre de 1928, en el Colony Theather, y fue dirigida por Walt Disney y Ub Iwerks. Iwerks ejerció de nuevo como jefe de animación, asistido por Johnny Cannon, Les Clark, Wilfred Jackson y Dick Lundy. Este cortometraje era una parodia de Steamboat Bill Jr (El héroe del río), de Buster Keaton, estrenada el 12 de mayo del mismo año. A pesar de ser la tercera aparición de Mickey, este cortometraje está considerado como el verdadero debut del personaje.
Este corto de animación no fue el primero que combinó sonido, música y diálogos sincronizados. Fleischer Studios había estrenado una serie de animaciones sonoras, usando el sistema De Forest, a mediados de los años 1920. A pesar de eso, la idea de hacer un corto sonoro le vino a Walt Disney tras ver un corto de las Aesop's Film Fables, titulado Dinner Time. Steamboat Willie fue, sin embargo, el primer corto sonoro que alcanzó una fama importante. A día de hoy aún se debate sobre quién fue el autor de la música original del corto. Ha sido atribuida a, entre otros, Wilfred Jackson, Carl Stalling o Bert Lewis, pero no hay ninguna conclusión definitiva. El propio Walt puso la voz, tanto de Mickey como de Minnie, aunque no había diálogos, solo ruidos tipo risas, lloros y gritos.
La historia nos muestra a Mickey pilotando el Steamboat mientras silba una pegadiza melodía. Al momento aparece el capitán del barco, el Capitán Pete, y lo echa, para conducir él. Se detiene el barco para recoger la carga, y cuando están a punto de zarpar otra vez, aparece Minnie, que ha perdido el barco. Mickey la ayuda a subir con una grúa. Una vez en el barco, una cabra del cargamento de animales del barco se come la partitura de Minnie, que tenía escrita la famosa canción Turkey in the Straw. Entonces Mickey usará el rabo del animal como aguja en un fonógrafo y sonará la melodía. Acto seguido empezará a usar a diferentes animales como instrumentos musicales. El Capitán Pete, molesto por el ruido de la música, obliga a Mickey a trabajar. El corto finaliza con la imagen de Mickey pelando patatas.
El público que acudió al estreno de este cortometraje se quedó muy impresionado por el uso de la música con fines cómicos. Las películas sonoras representaban todavía una gran innovación, ya que la primera película sonora de la historia, El cantante de jazz, con Al Jolson, se había estrenado el 6 de octubre de 1927, y, en menos de un año, muchas salas de Estados Unidos ya habían instalado equipos de sonido para este tipo de películas. Walt Disney estaba dispuesto a aprovechar las ventajas que este nuevo sistema ofrecía, ya que muchos otros estudios aún seguían produciendo cortos de animación mudos, que difícilmente podían competir con Disney. Mickey Mouse pasó a ser rápidamente uno de los personajes de animación más populares de su época, cosa que permitió a Walt estrenar de nuevo los dos primeros cortos de su ratón: Plane Crazy y The Gallopin' Gaucho (no había sido estrenado). Originalmente mudos, se les incorporó sonido y aumentaron la popularidad del dibujo. The Barn Dance (14 de marzo de 1929) sería su cuarta aparición como personaje, ya muy famoso. Pero Mickey no hablaría hasta The Karnival Kid (23 de mayo de 1929), cuando pronunciaría sus primeras palabras: Hot dogs, Hot dogs!

Roles

Mickey pretendiente

The Barn Dance (El baile del granero), estrenado el 14 de marzo de 1929, sería el primero de los doce cortos estrenados ese año. Dirigido por Walt Disney, con Ub Iwerks como jefe de animación, la novedad de esta producción es ver a Mickey rechazado por Minnie en favor de Pete. Pete, anteriormente presentado como un bandido, se comporta aquí como un educado caballero, mientras Mickey no hace el papel del héroe sino de un joven y bastante ineficaz pretendiente. Sus lamentaciones y tristeza por su fracaso muestran a un Mickey excepcionalmente sensible y vulnerable. Se comentó, sin embargo, que Disney sólo buscaba la empatía del público hacia el personaje.

Aparición de los guantes

"¿Te has preguntado alguna vez por qué llevamos estos guantes blancos?"- Varios personajes.
The Opry House, estrenado el 28 de marzo de 1929, fue el segundo cortometraje de aquel año, y el primero que introdujo los guantes blancos en los personajes. Mickey Mouse llevaría estos guantes en la mayoría de sus siguientes apariciones. Una de las razones más verosímiles del añadido de los guantes sería poder distinguir a los personajes cuando sus cuerpos estaban pegados, ya que todos ellos eran de color negro (Mickey no apareció en color hasta The Band Concert, El concierto de la banda, en 1935).

Mickey como animal

When the Cat's Away, estrenado el 18 de abril de 1929, era, en esencia, una versión de Alice Rattled by Rats (15 de enero de 1926), una de las Comedias de Alicia. Significó la segunda aparición del villano Kat Nipp (tras The Opry House). Kat Nipp es un gato antropomorfo que siempre está borracho. Un día sale de casa para ir a cazar. En ese momento una banda de ratones invaden la casa en busca de comida. Entre ellos están Mickey y Minnie. Lo inusual de este corto es ver a los dos ratones con el tamaño y el comportamiento de dos ratones reales, mientras que las producciones anteriores y posteriores a este corto presentaban a Mickey y Minnie como dos ratones antropomorfos del tamaño de pequeños seres humanos.

Mickey como soldado

El cuarto cortometraje de Mickey también se considera inusual. Fue The Barnyard Battle, estrenado el 25 de abril de 1929, y se ve a Mickey como soldado, dispuesto en primera línea para la guerra.

Transición

Los años de la Gran Depresión

El duodécimo y último corto de Mickey de 1929 fue Jungle Rhythm. Estrenado el 15 de noviembre, cuenta la historia de Mickey en pleno safari en algún lugar de África. Montado en elefante y armado con una escopeta, sus problemas empiezan cuando se cruzan en su camino un león y un oso. Mickey tiene la idea de empezar a tocar música para tranquilizarlos, y el resto del corto consiste en varios animales de la selva bailando la música de Mickey. Las melodías van desde Yankee Doodle y Turkey in the Straw hasta Auld Lang Syne, The Blue Danube y Aloha `Oe.

Primeras tiras cómicas

Hasta el momento, Mickey había aparecido en quince exitosos cortometrajes y había pasado a ser uno de los personajes animados más conocidos por el público. La King Features Syndicate pidió a Disney una licencia para usar a Mickey y sus compañeros de reparto en una serie de tiras cómicas. Walt aceptó y la primera tira saldría a la luz el 13 de enero de 1930, con guion del propio Walt Disney, dibujos de Ub Iwerks y entintado de Win Smith. La primera semana las tiras fueron una adaptación parcial de Plane Crazy, y Minnie fue el primer personaje en incorporarse al reparto junto a Mickey.
Las tiras publicadas entre el 13 de enero y el 31 de mayo de 1930 han sido regularmente recopiladas en un álbum completo bajo el título genérico de Lost on a Desert Island (Perdidos en una isla desierta).

De música clásica

Al mismo tiempo que se publicaban las tiras, Disney produjo dos nuevos cortometrajes de Mickey. El primero de ellos fue The Barnyard Concert (El concierto del corral), estrenado el 3 de marzo de 1930. Vemos a Mickey como director de orquesta. Los únicos personajes reconocibles de cortos anteriores son Clarabella tocando la flauta, y Horacio con el tambor. Ambos interpretan una cómica adaptación de Poet and Peasant, de Franz von Suppé, aunque muchos de los gags usados en este corto ya se habían visto en producciones anteriores.
El segundo fue estrenado el 14 de marzo de 1930, bajo el título de Fiddlin' Around, aunque es más conocido como Just Mickey. Ambos títulos describen con precisión el desarrollo del corto, que no es más que Mickey haciendo un solo de violín. Es notable por la emotiva interpretación que hace el ratón del final de la ópera Guillermo Tell, el Träumerei (Reverie), de Robert Schumann, y la Rapsodia Húngara Nº2, de Franz Liszt.

El adiós de Iwerks

El siguiente cortometraje de Mickey fue Cactus Kid, estrenado el 11 de abril de 1930. A pesar de que el título lleve a pensar que es una parodia de las películas del Oeste, en realidad se trataba de una nueva versión de The Gallopin' Gaucho, aunque esta vez la acción se trasladaba desde Argentina a México. Mickey es, de nuevo, un viajero solitario que entra en una taberna y flirtea con una bailarina, de nuevo Minnie. El rival vuelve a ser Pete, llamado aquí Peg-Leg Pedro, en la que es su primera aparición con una pata de palo, algo que sería habitual en años posteriores. El ñandú original es aquí sustituido por Horacio, en su última aparición como animal no antropomórfico. La relevancia de este cortometraje viene dada porque sería el último que animaría Ub Iwerks.
Poco antes del estreno de Cactus Kid, Ub Iwerks había abandonado a Disney para abrir su propio estudio. El resultado fue la serie conocida como Flip the Frog (la rana Flip), con el primer cortometraje de animación sonoro en color, titulado Fiddlesticks. Creó también otras dos series: Willie Whopper y Comicolor. Su éxito amenazaba el predominio que Disney había alcanzado en la industria del cine de dibujos animados.4
Esta separación se considera un punto de inflexión, tanto en las carreras de Walt Disney como de Mickey Mouse. El primero perdió al que había sido su amigo y confidente desde 1919. El segundo perdió al responsable de su diseño original y el director o animador de la mayoría de los cortos estrenados hasta aquel momento. Y, para muchos, ese fue el auténtico creador de Mickey Mouse. Se considera a Walt como la inspiración para el personaje, pero Iwerks creó el diseño original y los primeros dibujos de Mickey fueron obra, parcial o totalmente, de Iwerks. Es por ello que algunos historiadores consideran que Iwerks debería ser reconocido actualmente como el creador de Mickey. Resaltan que los primeros dibujos de Mickey estaban acreditados como "A Walt Disney Comic, drawn by Ub Iwerks" (dibujados por Ub Iwerks). Pero las últimas reediciones de esos primeros dibujos tienden a acreditar a Walt Disney únicamente.
En cualquier caso, Disney y su equipo continuaron con la producción de las series de Mickey. El ratón siguió apareciendo regularmente en cortos animados hasta 1942, y otra vez de 1946 a 1952.

Las tiras de prensa de aventuras

Pero, volviendo a 1930, a Walt se le presentaba otro problema: la continuación de las tiras cómicas tras la marcha de Iwerks. Al principio, Walt continuó escribiendo los guiones y Win Smith los dibujaba. Sin embargo, los intereses de Walt se fueron decantando cada vez más hacia la animación, y Smith tuvo que encargarse también de guionizar las tiras. A Smith, aparentemente, no le apetecía encargarse de todo el trabajo; guion, dibujo y entintado. Esto es evidente tras su repentina dimisión. Otra razón podría ser que Walt Disney era un hombre de muy difícil carácter, y Smith no soportaba la total falta de libertad creativa que Walt le imponía.
Walt Disney tuvo que buscar un sustituto para Smith entre el resto de su equipo, y, por motivos que se desconocen, escogió a Floyd Gottfredson, un recién llegado al estudio. Gottfredson era un joven que estaba impaciente por entrar en el mundo de la animación, y no le hizo mucha gracia su nuevo trabajo como creador de las tiras cómicas. Walt le prometió que solo sería temporal y que pronto volvería a la división de animación. Gottfredson aceptó, y su trabajo "temporal" duró desde el 5 de mayo de 1930 hasta el 15 de noviembre de 1975.
Floyd Gottfredson inició su trabajo en las tiras de prensa continuando la historia que sus predecesores habían desarrollado desde el 1 de abril de 1930. Esta historia se completó el 20 de septiembre de 1930 y se recopiló más tarde en forma de álbum, con el título de Mickey Mouse in Death Valley (Mickey Mouse en el Valle de la Muerte). Esta primera aventura amplió el reparto de personajes que hasta entonces solo incluía a Mickey y Minnie. Fueron las primeras apariciones en cómic de Clarabella, Horacio y Pete Patapalo. También fue la presentación del abogado corrupto, Sylvester Shyster, y del tío de Minnie, Mortimer Mouse. La siguiente historia fue Mr. Slicker and the Egg Robbers, publicada entre el 22 de setiembre y el 26 de diciembre de 1930, donde se presentaron los padres de Minnie: Marcus Mouse y su esposa.
Estas dos historias iniciaron lo que pasaría a ser una división entre el cómic y la animación. Mientras los cortos animados continuaron en su línea tradicional de comedia, las tiras cómicas combinaron comedia y aventuras hasta bien entrados los años 50.
Estas historietas empezaron a publicarse en Europa a través de las revistas "Topolino" (Italia, 1932), "Le Journal de Mickey" (Francia, 1934) y "Mickey" (España, 1935).5

Dibujos animados en color

En 1935 Walt Disney estrenó el cortometraje The Band Concert (El concierto de la banda), que fue el primer corto de Mickey Mouse en Technicolor. La historia nos presenta a Mickey como director de una orquesta al aire libre, tocando la obertura de Guillermo Tell y después La tormenta. La orquesta está formada por el Pato Donald (en su tercera aparición en un corto de Mickey), que interrumpe el concierto tocando Turkey in the Straw con su flauta, Goofy (clarinete) y un personaje similar (¿Gideon Goat?) (trombón), Clarabella (flauta), Horacio (percusión), Peter Pig (trompeta) y Paddy Pig (tuba). En 1994 obtuvo el tercer puesto en la lista 50 Greatest Cartoons (los 50 mejores dibujos animados de la historia).
El éxito de Mickey Mouse era tan grande que, ese mismo año, la Sociedad de Naciones premió a Disney con una medalla de oro, declarando a Mickey "símbolo internacional de buena voluntad". Numerosas personalidades públicas declararon su admiración por Mickey Mouse, incluyendo a la actriz Mary Pickford, al presidente de Estados Unidos Franklin Delano Roosevelt, a Benito Mussolini6 e incluso al rey de Inglaterra, Jorge V.7

El aprendiz de brujo

Maqueta gigante del sombrero de El aprendiz de brujo, en Disney World.
A finales de los años 1930 Mickey Mouse había perdido popularidad, ya que los gustos del público se iban decantando cada vez más hacia los largometrajes, hecho que inquietó a Walt Disney.8 Uno de los personajes creados para uno de los cortos de Mickey, el Pato Donald (Donald Duck), había adquirido serie propia, y demostró ser más popular que su compañero el ratón, y, sobre todo, más rentable. Walt, sin embargo, no estaba dispuesto a deshacerse todavía de su personaje clave, con lo que ideó un cortometraje especial que se concebiría como la reaparición de Mickey Mouse: El aprendiz de brujo,9 que sería totalmente mudo excepto por la música de Paul Dukas, en quien estaba basado el cortometraje. Los guionistas sugirieron que el protagonista del corto podría ser Mudito (o Tontín), el enano mudo de la película de Walt Disney Blancanieves y los siete enanitos (1938), pero Walt insistió en usar a Mickey.
La producción del cortometraje empezó en 1938, cuando Walt coincidió en un restaurante de Hollywood con el famoso director de orquesta Leopold Stokowski,8 que se ofreció a grabar la música gratis, con lo que reunió un equipo de unos cien músicos de Los Ángeles para tocar y grabar la banda sonora de los nueve minutos de duración del cortometraje.
El departamento de animación del estudio trabajó en el que era el proyecto más ambicioso del estudio. El animador Fred Moore rediseñó a Mickey Mouse, otorgándole más peso y volumen, de acuerdo con la tecnología de la época. También se le añadieron pupilas para dotar a su cara de mayor expresividad. Todo en la película se hizo prestando especial atención a los detalles y a la creatividad: los colores, el ritmo, la animación del personaje y de los efectos. El brujo sin nombre de El aprendiz de brujo fue llamado Yen Sid: Disney deletreado a la inversa.
Todos estos esfuerzos iban a salir muy caros, unos 125.000 dólares, un precio que Walt y, sobre todo, su hermano y socio, Roy, sabían que no iba compensarse en taquilla.8 La mayoría de los cortometrajes de Disney habían costado unos 40.000 dólares, que eran unos 10.000 dólares más que el presupuesto medio de cualquier corto hecho fuera de los estudios Disney. El cortometraje más rentable del estudio, Los tres cerditos, había recaudado 60.000 dólares en taquilla. Siguiendo el consejo de Stokowski, Walt decidió ampliar el cortometraje al estilo de su serie de cortos Silly Symphonies, pero concebido como un largometraje, formado por varias escenas donde la animación se combinaba con la música clásica, y donde El aprendiz de brujo sería una de ellas. Para proveer a la película de una continuidad, Walt reclutó al compositor y crítico musical Deems Taylor como maestro de ceremonias que introducía y explicaba cada uno de los segmentos. Stokowski sugirió el título de Fantasía (que literalmente significaba "Una mezcla de temas familiares con variaciones e interludios"10 ), que pasó a ser finalmente el título definitivo (el título inicial era The Concert Feature).
Con El aprendiz de brujo casi completo, el resto de la producción de Fantasía se inició a principios de 1939, prestando la misma atención por el detalle y la cuidada animación en todos los demás segmentos de la película.
A pesar de que la película se puede considerar un fracaso de Walt Disney, consagró a Mickey Mouse como uno de los iconos definitivos del estudio, y la imagen de Mickey con el traje de brujo ha sido durante décadas el emblema de Walt Disney.

Últimos años

Historia reciente

  • En 1955, King Features Syndicate, la empresa distribuidora de las tiras, obligó a los autores a abandonar las aventuras largas. No ocurrió así en Italia, donde Romano Scarpa continuó realizándolas, a partir de Topolino e il mistero di Tapioco VI (1956).
  • El 18 de noviembre de 1978, a raíz del 50 aniversario, Mickey Mouse se convirtió en el primer personaje de dibujos animados en obtener una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood. La estrella se encuentra en el 6925 de Hollywood Boulevard.
  • Durante décadas, Mickey ha competido con la estrella de la Warner Bros, Bugs Bunny, por ser el dibujo animado más popular. Pero en 1988, en uno de los momentos históricos de la animación, ambos compartieron una escena en la película de Robert Zemeckis ¿Quién engañó a Roger Rabbit?. Warner y Disney firmaron un acuerdo en el que se especificaba que cada personaje saldría exactamente el mismo tiempo en pantalla, hasta el último microsegundo.
  • Su último cortometraje hasta la fecha ha sido Runaway Brain, estrenado en 1995. En 2004 apareció en un largometraje estrenado directamente en vídeo, llamado Mickey, Donald, Goofy: The Three Musketeers (Los tres mosqueteros), y en el largo de animación digital, Mickey's Twice Upon a Christmas. Mickey nunca ha aparecido en un largometraje que no esté basado en una obra clásica de la literatura universal.
  • Aunque las tiras de prensa de Mickey dejaron de aparecer en 1999, el personaje aún se desarrolla en la revista italiana Topolino gracias a autores como Casty y en nuevas series como MM Mickey Mouse Mystery Magazine, publicada entre 1999 y 2001.
  • Muchos programas de televisión se centran en la figura de Mickey, como los recientes Mickey Mouse Works (1999—2000), Disney's House of Mouse (2001—2003) y Mickey Mouse Clubhouse (2006-Presente).
  • Mickey fue nombrado el Grand Marshal of the Tournament of Roses Parade, el día de Año Nuevo de 2005.

La voz de Mickey

Gran parte de la personalidad de Mickey se debe a su tímida voz en tono falsete. Desde sus primeras palabras en The Karnival Kid, el propio Walt Disney prestó su voz a Mickey, tarea de la que estaba muy orgulloso (se dice que Carl Stalling y Clarence Nash actuaron como actores de voz sin acreditar en algunos de los cortos). Sin embargo, hacia 1947, Walt Disney estaba demasiado ocupado para encargarse personalmente de prestar su voz a Mickey (se especuló que su adicción al tabaco había perjudicado su voz durante años), y durante la grabación de Mickey and the Beanstalk (un fragmento de Fun and Fancy Free), la voz de Mickey fue transferida al músico de Disney y actor Jim MacDonald (en la música original final se pueden oír las dos voces). MacDonald puso la voz de Mickey durante los siguientes cortometrajes, y para proyectos publicitarios y televisivos, hasta su retirada a mediados de los años 1970. Mientras tanto, Walt volvió a usar su voz con Mickey para las introducciones del Mickey Mouse Club original, entre 1954 y 1959, y para el episodio Fourth Anniversary Show de la serie para televisión Disneyland, emitido el 11 de septiembre de 1958. En 1977, con el The All New Mickey Mouse Club, se produjo el estreno de Wayne Allwine como voz de Mickey, hasta su fallecimiento el 20 de mayo de 2009. Curiosamente, la esposa de Allwine es Russi Taylor, voz actual de Minnie Mouse. Les Perkins hizo la voz de Mickey en los especiales de televisión DTV Valentine y Down and out with Donald Duck en 1986 y 1987 respectivamente. Bret Iwan fue elegido para interpretar la cuarta y actual voz de Mickey Mouse. Su primera interpretación del personaje la realizó para los juguetes de Mickey y después para los promocionales de Disney Cruise Line. Además interpretó su voz en el espectáculo Disney on Ice: Celebrations!. Su primera interpretación oficial fue en el videojuego Kingdom Hearts: Birth by Sleep que fue lanzado en septiembre de 2010.

En español neutro

La voz en español neutro del personaje Mickey Mouse, es la más caótica de todos los personajes de la empresa Disney. Mientras que Minnie Mouse por ejemplo, casi siempre fue interpretada por Diana Santos (que sigue interpretando la voz de Minnie hasta la fecha). Los actores que lo doblaron fueron:
En España, al principio se mantuvo el doblaje al español neutro hasta el año 1992. En aquel año, todas las producciones de Walt Disney se empezaron a doblar en España y desde entonces el actor José Padilla se encarga de doblar al personaje Mickey Mouse, excepto en la película ¿Quién engañó a Roger Rabbit?, que fue doblado por Rafael Alonso Naranjo Jr.

Derechos de autor

Mucha gente cree erróneamente que el personaje de Mickey Mouse está protegido solo por derechos de autor, pero en realidad Mickey, como la mayoría de los personajes de Disney, está protegido como marca registrada ( o ®), y, como todas las marcas registradas, sus derechos son perpetuos siempre que el dueño las use comercialmente. En el caso de que un dibujo de Disney estuviera en el dominio público, los propios personajes seguirían como marca registrada y su uso se consideraría "no autorizado". Sin embargo, dentro de Estados Unidos, la Copyright Term Extension Act (también llamada despectivamente Mickey Mouse Protection Act, a raíz de la persistente presión de The Walt Disney Company) asegura que trabajos como los primeros dibujos de Mickey Mouse dejarán de estar protegidos por derechos de autor en algún momento.11
The Walt Disney Company ha puesto especial empeño en proteger a Mickey Mouse como marca registrada, al estar tan asociada la imagen del ratón con la propia empresa. En 1989, Disney demandó a tres guarderías de Hallandale, Florida, por tener en sus paredes dibujos de Mickey y de otros personajes de Disney. Los dibujos tuvieron que ser borrados, y una compañía rival, Universal Studios, permitió que se pintaran algunos de sus propios personajes.12

Farfur

En 2007, un clon de Mickey Mouse llamado Farfur fue usado en el programa de televisión Los Pioneros del Mañana, que se emite en el canal oficial del grupo Hamás (partido gobernante de la Franja de Gaza), Al-Aqsa TV. En el programa se adoctrina a los niños con frases como: Estamos poniendo contigo la primera piedra para el dominio del mundo bajo el poder islámico. [...] Debes ser cuidadoso con tus oraciones e ir a la mezquita para tus cinco rezos diarios [...] hasta que dominemos el mundo.13 14 El ministro de Información de palestina retiró el programa para revisar su contenido el 11 de mayo,15 16 pero continuó emitiéndose.17 Finalmente, el 29 de junio, el personaje de Farfur fue "asesinado" por un actor disfrazado de soldado israelí, al que Farfur llama "terrorista", mientras Sara, la niña que presenta el programa, declama: Farfur ha sido martirizado mientras defendía su tierra [...] ha sido asesinado por los asesinos de niños.18
La hija de Walt Disney, Diana Disney Miller, dijo que Hamás era el "mal en estado puro" por usar a Mickey Mouse para adoctrinar en el radicalismo islámico a los niños.19